Investigación de artista que trabajan desde la identidad de genero

La profundización en las identidades de género en el arte
Claudia Dei Mashburn Alemán

Para comprender en profundidad la teoría kuir, consulte el libro El género en disputa, el feminismo y la subversión de la identidad, de Judith Butler. La afirmación central del libro explica que el género no está naturalmente (biológicamente) conectado al cuerpo físico del humano, es decir, la noción del género es una construcción social y cultural. Esto significa que los géneros no pueden ser ni verdaderos o falsos. Por ende, el género está en la esfera de la interpretación propio y de performatividad y es a través de la interpelación que un CIStema binario (de dos géneros) ha podido ser fomentado y ,además, se transformó en una norma natural integrada en nuestras mentes.

Este sistema no es incambiable y le abre espacio a la subversión. Como la interpelación y la performatividad son procesos continuos y los géneros varios el proceso de nombrar nuestra identidad está abierta a la re-significación y la re-contextualización y se puede revertir a través de contra actos repetitivos para ampliar las posibilidades del género. Butler sugiere el drag y travestirse para subvertir la diferencia entre el espacio psíquico interno y externo ya que nos permiten jugar y destruir identidades tradicionalmente binarias a través de la parodia y la exploración. travestirse funciona como un engaño, ya que insinúa algo por afuera (género) pero simultáneamente implica un cuerpo biológico (sexo) por dentro. Así que travestirse funciona como la fantasía de una fantasía dice Butler, básicamente, depende de una estrategia performativa para hacer la performidad del género visible.

Jugar con el género y travestirse ha sido históricamente parte del arte, y la humanidad, desde las tragedias griegas a las óperas barrocas. En este trabajo se expone a artistas de principios del siglo XX que manifestaban sus inquietudes con el género e interpelan lo binario con el arte y como fueron predecesores a distintas generaciones de artistas que trabajan con la deconstrucción del género. Artistas como Claude Cahuan, Marcel Duchamp (Rrose Selavy), Romaine Brooks, Natalie Barney, marie Hoeg & Bolette Berg, y Hannah Hoch plasmaron sus curiosidades con el género a través de la fotografía, el collage y la pintura en una época (principios de siglo XX) donde el mariconex está comenzando a ocupar espacios más públicos. En la década del 1920, Berlín se estaba viviendo una revolución sexual, y en otras ciudades europeas,  cuando salió Die Freundin (la novia o polola), una revista de publicaciones lesbicas comenzó a atraer artistas, autores y doctores como Magnus Hirschfeld. Hirschfeld fue un sexologo muy importante y activista político de género que definió y estableció la homosexualidad como “variación natural y biológica” y propone que había un tercer género (ahora ya sabes que hay multiples generos). Fue sumamente importante el activismo de Hirschfeld para justificar científicamente que la homosexualidad era biológicamente natural frente a la ciencia patriarcal que por siglos negaba una sexualidad y géneros fuera de lo binario. En esta época, paralelamente, los artistas mencionados estaban en la frontera de la deconstrucción del género.

En la segunda mitad del siglo XX, en la época posmodernista y finales del modernismo aparecieron artistas en Estados Unidos como Lynn Hershman Leeson, Cindy Sherman, Gillan Wearing, Nan Goldin, Charles Atlas, Robert Mapplthrope, Barbara Kruger y en Latino America Ana Mendietta, Paz Errazuriz, Las Yeguas del Apocalipsis (Pedro Lemebel y Francisco Casas), Laura Aguilar y Frida Kahlo donde también utilizaron el arte como herramienta subversiva para la deconstrucción de género.

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